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Este sitio web contiene los cuentos, sueños y experiencias que inspiraron la trama de la saga de novelas de ciencia ficción que me ha tomado tantos años escribir. He procurado incluir, sin omisión, todos los vientos de popa que recibió mi velero desde el primer chispazo de inspiración en 1998 hasta el último sueño que ocurrió en duermevela pocos días antes de plasmar la palabra FIN en la cuarta novela. La trama de la saga es un tanto complicada y con estas historias cortas busco ayudar a los lectores a entender qué carambas ocurría en mi cabeza cuando discurrí semejantes ideas.


Explicaré primero porque escribí cuatro novelas en un lapso tan largo de tiempo sin saber siquiera si algún día serían publicadas. La alternativa, habrá imaginado ya el lector, consistía en acercarme a un editor con un boceto de novela y vender primero mi trabajo para luego, bajo la presión del contrato, escribir párrafos a todo vapor.


Bien, comencemos entonces diciendo que cuando carezco de experiencia sobre alguna encrucijada de la que debo decidir, recurro a los personajes de la historia, a sus lemas, a sus ideas para crear un primer marco de referencia. En este caso eché mano de una frase de George Soros que reza: “encuentra una tendencia cuya premisa sea falsa, y apuesta tu dinero en contra de ella”. George Soros, como seguramente recuerda el lector, es uno de los inversionistas financieros más acaudalados de nuestro planeta. ¿Por qué elegí a un hombre de finanzas tratándose de un asunto literario? Pues por la razón de que viviendo en una civilización centrada en la economía son exitosas las personas que han logrado alcanzar mayores acumulaciones de recursos. Claro que Soros se refiere a tendencias financieras con su frase, pero como muchas personas hacen al aplicar un lema, un refrán o una idea a toda situación que se presenta en su vida, yo quise extender el alcance de aplicación de la sentencia financiera.


―¿Qué tendencia falsa puedo encontrar sobre el asunto de escribir primero o vender antes?― Me pregunté y debo admitir que me tomó algún tiempo encontrarla.


La tendencia es que, en negocios, se considera acertado vender el oso primero y cuando se ha logrado, preocuparse entonces por cómo cazarlo. Es necesario analizar por qué la tendencia es considerada acertada. Aquí escribo lo que razoné: si vendes, antes de cazar el oso, no tendrás costos preparándote para salir a realizar una faena incierta, tampoco tendrás costos de almacenaje del cadáver del oso; no tendrás riesgos de que el oso se descomponga, ni de que el mejor cliente rehúse el oso ofrecido por resultar menos grande que su gusto o, quizás, de un color inapropiado para fungir de alfombra.


Bien esa es mi tendencia y es claramente falsa, por lo menos en cuanto a escribir novelas se refiere, pues un escritor en ciernes no puede simplemente presentarse a un editor para vender un libro que no ha escrito; con contadas excepciones, por supuesto, pues quien haya conquistado las catorce cumbres ochomil podrá hacerlo y también podrá hacerlo alguien involucrado directamente en el proyecto de la estación espacial internacional. Por tanto, concluí, debo apostar mis recursos a cazar el oso primero, es decir, escribir las novelas antes y después discurrir la forma de publicarlas. Así que invertí mi único recurso: el tiempo, en contra de la tendencia generalizada.



Por cierto, un contrario de cazar un oso para alfombra es confeccionar con una alfombra un disfraz para oso. Un oso disfrazado quizás podría burlar las ambiciones de cazadores de una civilización centrada en acaudalar recursos.

 

Cazar un oso para alfombra o lo contrario

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