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Se me subió el muerto

Una o dos veces por año, mi adorable suegra se ofrecía a quedarse con nuestros hijos, en ese entonces pequeños, para que Guadalupe y yo pudiéramos pasear como recién casados durante dos o tres días. Viajamos, gracias a ello, a diferentes lugares sin requerir empujar en la maleta también las responsabilidades de ser padres. En esa ocasión decidimos tomar el automóvil y dirigirnos hacia los pintorescos poblados del estado de Querétaro. Tras la jubilación de mis padres, ellos decidieron mudarse para vivir en uno de tales pueblos. No teníamos pensado visitarlos, pues no habíamos anunciado nuestro paseo y no deseábamos ser inoportunos; además no queríamos que nadie interviniera en nuestra sensación de libertad pues la sensación, sabíamos, era efímera. Así que nos hospedamos en un hotel a varios kilómetros del pueblo donde mis padres tenían su casa y luego fuimos a recorrer otro poblado cercano. ¡Quién hubiera podido sospecharlo! Nos rebasó un automóvil que reconocí de inmediato. Era el automóvil de mi padre. Le di alcance e hice sonar la bocina. Después de los inevitables qué-hacen-aquí y qué-agradable-coincidencia, nos invitó, por supuesto, a dejar el hotel y hospedarnos en su casa. Miré a Guadalupe y ella me devolvió la mirada. En un instante modificamos todos nuestros planes sin decir palabra. Aceptamos la invitación y nos dirigimos al hotel para dejar el cuarto. Aquella noche, miramos desde la terraza estrellas fugaces, premio a nuestra ágil adaptabilidad.  

 

La siguiente noche, ocurrieron eventos extrañísimos, primero mis padres nos ofrecieron cambiar recámaras. Dormimos en la cama de mis padres. Mis hermanos pueden corroborar que mis padres cediendo su cama no es una circunstancia que ocurriera a menudo. Nos acostamos a dormir y entonces soñé que dormido en la casa de mis padres, en su cama, al lado derecho de mi esposa, tal como estaba realmente ocurriendo, un ser traslucido y volátil penetraba mi cuerpo iniciando por las plantas de mis pies. Mis piernas se ponían rígidas, primero, y luego, todo mi cuerpo. Yo trataba de evitar que el ser me invadiera, pero no conseguía moverme. Me daba cuenta de que estaba dormido y de que aquello era tan solo un sueño, pero un sueño desagradable. El ser alcanzaba mi vientre y entonces yo buscaba despertar a mi esposa, pero otra vez, no conseguía moverme y de mi boca no emergía sonido alguno. El ser continuaba trepando mi cuerpo y yo estaba perdiendo la lucha conmigo mismo para conseguir despertar. La angustia me invadía. Finalmente, un grito desesperado y una violenta sacudida rompieron la pesadilla y logré abrir los ojos. Por supuesto, mi esposa también despertó.

 

—¿Qué sucede?— Preguntó aún somnolienta.

 

Conté el sueño y luego nos preguntamos si mis padres habrían escuchado el alboroto.

 

A la mañana siguiente, ellos preguntaron intrigados sobre aquel sobresalto. Contamos la experiencia y el abrupto despertar que propiné a Guadalupe.

 

—Ah,— dijo mi padre con su mirada mordaz y su sonrisa burlona, —se te subió el muerto.

 

—¿Qué es eso?— Pregunté desconcertado sospechando que me haría blanco de alguna de sus bromas.

 

—En mi tierra natal,— respondió causándome aún mayor desconcierto, —la gente dice que cuando uno no puede despertar, como has descrito, es porque se le ha subido el muerto.

 

He investigado al respecto: las tradiciones populares que mi padre mencionó y también, con mente un poco más científica, posibles explicaciones de aquella experiencia. Mi conclusión final es que en ocasiones, al dormir o quizás al despertar, ocurre que mientras un hemisferio del cerebro está despierto el otro aún se encuentra paseando en ondas theta. En esos momentos, percibimos el entorno y la realidad, pero de manera incompleta. La angustia surge de la imposibilidad de que el hemisferio alerta logre despertar al otro. El lector es libre de pensar que la psicología pudo haber interpretado que el sueño fuera una representación de la invasión por mi padre de mi cuerpo causada por la invasión de su cama o quizás la invasión a nuestra sensación de libertad.

 

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