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Cosmos - último cuento

 

No entiendo este cosmos en el que me tocó nacer. Me siento, con frecuencia, un robot extraviado buscando únicamente contactar con el fabricante. He creado modelos para apaciguar la angustia que genera el sentirme ciego y no ver el camino por el que planto mis pies. Aquellos que han leído mis novelas conocen ya la última versión de tales ensayos. En ellas se han enterado que no concibo a un Dios-paternal que, invisible a mi lado, corrige mis errores y enmienda mis faltas u ofrece consejos y otorga nuevas oportunidades. Saben así que no acepto tampoco un universo gobernado únicamente por leyes físicas. Al término del día nadie puede despojarme del derecho y la obligación de ser yo, y solamente yo, el responsable de mis actos y mis decisiones. Tampoco creo en un Dios-justiciero que al final de la existencia, y cuando haya pagado al barquero y dejado atrás el río Aqueronte, me reciba para castigar todos mis yerros y premiar, si alguna, mis buenas acciones. Es mi decisión, cada jornada, crear o no un ambiente amable, pero no recibiré por hacerlo premio alguno; aunque sí lo disfrutaré en esta vida. Creo, sí, en un Dios origen de todo, un Dios como semilla inicial de este vasto campo germinado de estrellas. Creo en Él, pues ningún hilo de razonamiento me ha permitido esbozar el nacimiento de un cosmos partiendo de la nada. He enfrentado la misma frustración que supongo padecieron los académicos cuando los teoremas de incompletitud de Gödel mostraron que no es posible formular un juego de axiomas completo y coherente capaz de detectar y evitar paradojas e inconsistencias lógicas en los sistemas numéricos. Creo en un Dios, simiente del cosmos, del que somos un infinitesimal componente; insignificante en tamaño, pero a la vez enormemente trascendental por constituir parte de su consciencia. Somos un componente al que le ha sido delegado, de algún modo, elegir por dónde habrá de proseguir la evolución. Creo… pero solamente creo, pues aún no puedo responderme, y me temo que jamás podré hacerlo, si existe-Dios o no. Me declaro, por tanto, incompetente para dar forma y personalidad a ese Ente Superior y es por ello que admito que todas las formas son viables. Incluidas las propuestas por algunos científicos. Así que no me causa conflicto imaginar que tal Dios pudiera ser, tan solo, un puñado de reglas y ecuaciones exactas. Ante Él, no dejaría, por eso, de sentir respeto y humildad. En éste, mi último modelo del cosmos, éste que he plasmado en la saga, habitamos un multiverso controlado por campos-partículas que interactúan entre sí para crear, primero, a las fuerzas físicas y a la materia y, más tarde, a la consciencia. Campos-partículas que enlazan después a la consciencia con la materia creando el devenir de los eventos y posteriormente convirtiéndose en el brazo que transporta tales acontecimientos y los reproduce en otros sitios y tiempos logrando con ello consolidar la evolución del todo.

 

Este último modelo relaciona a los objetos, a las personas y a los sucesos en forma similar a como nuestras neuronas relacionan conocimientos y recuerdos. Es por este motivo que he procurado llenar de relaciones las novelas, espero haber conseguido mi propósito. Mirando en retrospectiva mi trabajo, las relaciones en el texto de la saga, las relaciones entre materia y consciencia, las que existen en las neuronas de mi cabeza no puedo evitar preguntarme si es que el cosmos nos está soñando. El quinto libro será publicado dentro de los próximos meses; primero de forma digital y después en formato impreso. Aún no he determinado si continuaré publicando cuentos, pero ya he comenzado el trabajo del libro sexto. Me temo que en esta ocasión la inspiración ha conseguido que yo inicie otra obra sin haber concluido la anterior.

 

Glosario

 

Campo-partícula, término utilizado por el autor para referirse a la peculiaridad de las propiedades físicas de las partículas subatómicas que muestran comportamiento corpuscular para ciertos fenómenos e interacciones, y comportamiento como campo para otros; en física se le conoce como dualidad onda-partícula.

Multiverso, término propuesto por William James en 1895 para referirse a una cosmología donde existen múltiples universos.

Teoremas de incompletitud de Gödel, teoremas de lógica enunciados por Kurt Gödel en 1931 que mostraron ser inalcanzable la formulación planteada por el matemático David Hilbert.

 

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